Los anticonceptivos hormonales inyectables son demandados por mujeres de todas las nacionalidades, siendo un método cómodo, seguro y económico, ya que si se usa de manera habitual como método anticonceptivo, sólo hay que aplicarlo 4 veces al año.
Las hormonas sexuales femeninas que se segregan durante cada ciclo menstrual son fundamentalmente de dos tipos: progestágenos -progesterona y sus derivados- y estrógenos. Su secreción varía según el momento del ciclo menstrual, de manera que en algunos momentos del ciclo solo se liberan estrógenos y en otros momentos las dos hormonas.
Administrar progesterona o sus derivados en ciertas dosis inhibe la ovulación y por tanto la posibilidad de embarazo. Esta es una de las razones por la que algunos métodos anticonceptivos llevan solamente esta hormona. Otros sin embargo añaden estrógenos ya que cuando se asocian las dos hormonas mejora el control del sangrado durante el ciclo.
Entre los anticonceptivos con sólo progestágenos tenemos la minipíldora, el implante subdérmico, los DIU hormonales – Jaydess® y Mirena® – y los inyectables trimestrales.
Los inyectables son menos usados por las mujeres españolas, pero goza de gran aceptación en mujeres de otros países. Es un método con gran demanda por parte de mujeres extranjeras, que viven en nuestro país y por aquellas que tienen menos posibilidades de acceso a control médico o dificultades en seguir la pauta de administración de otros métodos hormonales.
Es considerado un anticonceptivo seguro con un 0,3% de fallos, discreto -nadie puede saber que lo usas, si tu no quieres-, cómodo y fácil de usar -se inyectan cada tres meses- y de bajo coste.
Además puede ser usado por mujeres fumadoras mayores de 35 años, mujeres que tienen intolerancia a los estrógenos y durante la lactancia. Asimismo es un método que pueden usar las mujeres que realizan una IVE, bien inyectando la primera dosis en los 7 días tras el aborto -ya sea instrumental o farmacológico- o bien del 1º al 5º día de la primera regla.
Su uso no afecta a la fertilidad futura y una vez abandonado el método el retorno de la fertilidad se produce en un plazo de tres a seis meses.
Para usar este método hay que saber que se debe administrar la primera dosis del 1º al 5º día del periodo menstrual –en el antebrazo o la nalga- y se vuelve a repetir cada 90 días. Si se demora la inyección más de tres días de la fecha indicada, se debe usar otro método hasta la próxima menstruación. De este modo, si usamos los inyectables de manera habitual como método anticonceptivo, sólo hay que aplicarlo 4 veces año.
Cómo la mayoría de los métodos anticonceptivos presenta algunos inconvenientes en su uso. Puede ocasionar cambios en el patrón de sangrado. Un sangrado irregular es el síntoma más frecuente, sobre todo en los primeros 6 a 12 meses. Este se puede presentar bien con disminución progresiva de la cantidad e intensidad de los periodos menstruales y que tras un año la mitad de las mujeres que lo utilizan dejarán de tener el periodo menstrual por completo. O bien como periodos menstruales más largos e intensos. En otros casos se produce un aumento de las pérdidas y sangrados leves entre las menstruaciones. Otros efectos secundarios, pero menos habituales son náuseas, acné y dolor de cabeza.
No tener regla no debe ser un efecto preocupante, ya que se debe al efecto modulador de la progesterona sobre el endometrio y volverá a normalizarse cuando se deje de usar el método.
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