La mayoría de las mujeres hemos tenido o tendremos en algún momento de nuestra vida molestias en nuestros genitales.
A veces se trata de sensaciones externas en la vulva (labios o entrada vaginal) y otras veces son más internas, en la vagina, aunque muchas más veces en las dos. Los síntomas más frecuentes son picor, escozor, inflamación o bien simplemente más flujo de lo habitual o con diferente color u olor. Esto suele inquietarnos mucho, aunque en la mayoría de los casos se trata de procesos infecciosos o irritativos de poca importancia y fáciles de diagnosticar y tratar.
Algunos de estos problemas son solamente irritativos, tiene que ver con alteraciones de la piel o las mucosas derivadas del uso abusivo de depilaciones, de salvaslip o compresas, de exceso de lavado o de relaciones sexuales sin la lubricación suficiente. A veces es por alergias a ciertos tejidos (compresas, ropa interior, etc.) o a los colorantes de los mismos.
Otras veces se deben a microorganismos, bacterias y hongos principalmente. En estos casos debemos de diferenciar las infecciones que son de transmisión sexual propiamente dichas (es decir, han sido contagiadas por otra persona con la que hemos mantenido relaciones sexuales y que la tenían ya) y las que se deben a cambios de nuestra flora habitual (la flora es un conjunto de microorganismos que viven en nuestro cuerpo y que habitualmente no nos producen ninguna molestia, incluso nos aporta beneficios).
Entre las de transmisión sexual están los herpes, condilomas y tricomonas, que serán objeto de otro artículo. Y entre las otras están fundamentalmente las candidiasis u hongos vaginales y las vaginosis o gardnerellas (como se denominaban antes).
La candidiasis es una vulvo vaginitis banal pero muy molesta que se manifiesta por picor y escozor intenso, sobre todo de la zona externa, a veces con inflamación y en la mayoría de las ocasiones con flujo blanco y grumoso, “como yogurt”.
La vaginosis es una alteración de la flora normal vaginal en la que predominan unas bacterias que producen sobre todo un olor desagradable del flujo vaginal “como a pescado”. No se suele acompañar de otros síntomas, pero a veces también hay un ligero escozor aunque más interno que en las candidiasis.
Todas estas infecciones son fáciles de diagnosticar, suele ser posible hacerlo sólo con la exploración de los genitales. En los herpes o los condilomas se ven las lesiones que producen. Las candidiasis presentan un enrojecimiento, edema y flujo muy característicos. Las vaginosis un flujo muy especial espumosos y con olor claramente identificable, aunque a veces se puede confundir con las tricomoniasis.
Para confirmar el diagnóstico disponemos de una prueba muy rápida, fiable y sencilla: el análisis al microscopio del exudado en fresco. Tomando una muestra de flujo y poniéndola con un poco de suero, sobre un porta (cristalito), se puede mirar la muestra directamente al microscopio y con esto tendremos una información de mucha utilidad. Podemos ver, si los hubiera, los hongos (candida), las tricomonas, o el punteado propio de las vaginosis. También si hay un aumento de leucocitos (nos indican infección) o por el contrario predominan los lactobacilos, la parte “más sana” de nuestra flora habitual. Si estos últimos están en buena proporción nos suelen indicar la “salud” de nuestra flora.
El resultado de esta prueba la tenemos en el instante y los profesionales de la Clínica El Sur Sevilla tenemos mucha experiencia en el manejo de ésta, por lo que casi siempre tendrás el diagnóstico y el tratamiento en el mismo instante de tu consulta.
La citología no es la prueba más adecuada para estos diagnósticos aunque frecuentemente se use para ello. Además de no ser específica el resultado tarda un tiempo, generalmente más de 10 días. Existe otra prueba específica como es el cultivo vaginal, pero también lleva unos días obtener el resultado. Por lo que en los centros sanitarios que se dispone de microscopio y profesionales que saben interpretarlo, como en el nuestro, el exudado en fresco es la prueba mejor y más rápida para el diagnóstico de estas afecciones.
Una vez diagnosticado el tratamiento suele ser fácil, óvulos o comprimidos con los que en unos pocos días las molestias desaparecen.
En la prevención de las Infecciones de transmisión sexual, lo mejor es el uso de preservativo. Para el resto una buena higiene diaria, lo cual significa lavarse una o a lo sumo dos veces al día, no más, con jabón neutro y no hacer lavados por dentro de la vagina (no sólo no son necesarios si no que acaban destruyendo la flora vaginal).
- El uso de ropa interior de algodón, limpiarse con papel higiénico siempre de delante hacia atrás para no contaminar la vagina con las bacterias del recto.
- No usar salvaslip a diario, ya que no permite que la vagina transpire y favorece las alteraciones del ph.
- También juega un papel importante, sobre todo en la recurrencia de infección por hongos vaginales no practicar el coito si no estamos bien lubricadas, porque esto puede favorecer la aparición de los mismos.
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Eva Rodríguez Armario
Directora Médica Clínica El Sur Sevilla
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