Según el Tribunal Constitucional, en sentencia de 1985, el feto es un bien o valor jurídico-constitucional protegible, pero nunca equiparado a los derechos de la madre.
Es decir, nunca podrán superponerse los derechos del feto a los de la madre, ya que el feto es un proyecto de vida dependiente de la mujer y solo ésta es persona de pleno derecho.
El anteproyecto de ley llevado a cabo por el Sr. Gallardón, va en contra por completo de los derechos constitucionales de la mujer, ya que hace prevalecer los derechos del feto, al que llama “no nacido” por encima de los de la madre.
Gallardón nos priva a las mujeres de lo que hasta hoy había sido nuestro derecho a decidir libremente sobre nuestra salud sexual y reproductiva.
Pero no sólo nos priva de nuestro más legítimo derecho, sino que encima aclara, en un alarde de auténtica misoginia, que lo hace por nuestro bien, para protegernos, ya que ni siquiera nos condenará a las mujeres por abortar ya que para él somos sólo “víctimas” del sistema, somos personas incapaces de decidir libre y voluntariamente, de forma consciente sobre algo tan delicado como nuestra propia maternidad, por lo que ni siquiera podemos ser castigadas.
Además, ya que el Sr. Ministro entiende que no estamos capacitadas para decidir, otorga a los/as profesionales médicos y psiquiatras el poder de decidir por nosotras, y si ellos consideran que somos incompetentes o enfermas mentales o trastornadas, pueden determinar si estamos o no en condiciones de tener descendencia.
Esta ley no solo prohíbe el aborto libre, va más allá, sitúa de nuevo a la mujer en el papel de incapaz, la priva de voluntad y libertad para decidir y de nuevo la deja en manos de otros, que serán sus tutores y/o tutoras, considerados más cualificados para decidir por ella.
Ser madre es una decisión muy íntima y personal, que implica una gran responsabilidad y un proyecto de futuro, por lo que la decisión de la propia mujer debe ser siempre la que tenga mayor peso y el máximo derecho.
Pero con la nueva ley la mujer se verá envuelta en una auténtica carrera de obstáculos médicos, administrativos, y jurídicos que pretenderán coartar y cuestionar su decisión y ante los cuales ella tendrá que exponer una y otra vez toda su intimidad, sus sentimientos o sus deseos, vulnerándose de nuevo su privacidad. Y si tiene suerte de que un/a profesional con autoridad para ello, decida por ella que puede interrumpir su embarazo no deseado, entonces le tocará esperar, por si no hubiera sido poco, otros siete días para reflexionar sobre ello, ya que el Sr, Gallardón considera que a éstas alturas puede que la mujer no lo tenga todavía claro y le concede “una semanita” para pensarlo mejor.
Sr. Ministro, Sres. y Sras. del PP, y todos aquellos que no aprueban el aborto, hace 48 años que soy mujer, soy persona, soy libre y soy dueña de mi cuerpo y de las decisiones que quiera tomar sobre mi vida. Pueden descargarse del peso de la responsabilidad de tener que pensar y decidir por mí, ya me encargo yo solita. Y permitan que mis hijos/as, también puedan elegir libremente si quieren o no tener hijos/as, cuando y como, en el ejercicio más maravilloso de su propia libertad.
Victoria Agudo Escarraza
Clínica el Sur de Sevilla
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