El 8 de Marzo, el día internacional de la mujer se celebrará en muchos países, además de con los actos institucionales y de organizaciones feministas habituales, con una huelga de mujeres. Esta huelga pretende visibilizar, además de las discriminaciones a nivel laboral y social de las mujeres, las tareas que realizamos las mismas para el mantenimiento de la vida.
Estas tareas fundamentales, que ni se reconocen como riqueza de un país ni se pagan, incluyen acciones como reproducirnos, alimentar a la familia, cuidar de los/las mayores, de los/las pequeños/as, de la pareja, atender el hogar, dar soporte emocional, educar y un sin fin de etcéteras.
Además, esta huelga feminista pretende abarcar no solo el ámbito laboral sino también llegar a otros como el educativo, el consumo y las tareas del hogar y los cuidados.
El equipo de Ginesur Sevilla, como empresa formada mayoritariamente por mujeres y con una actividad directamente ligada a la salud de la mujer, se suma a esta convocatoria con un paro de dos horas y media en nuestra actividad laboral en cada turno de trabajo.
Gracias a este Paro Internacional de Mujeres con el lema “si nosotras paramos se para el mundo”, en los últimos días el tema de la desigualdad ha pasado de ser marginal a convertirse en primera página en muchos medios de comunicación. Con ello se vuelve a poner de manifiesto que las mujeres seguimos percibiendo salarios menores que los hombres por el mismo trabajo, tenemos un techo de cristal que nos impide ascender en nuestra carrera profesional en muchos sectores productivos y seguimos haciéndonos cargo habitualmente de los cuidados del hogar, en el nuestro y el de nuestros familiares. Hoy por hoy las mujeres siguen siendo acosadas, violentadas, violadas y asesinadas por hombres que las consideran suyas. Además, esta desigualdad entre hombres y mujeres se ve perpetuada gracias a una educación y una sociedad que continua siendo mayoritariamente patriarcal en muchos de sus ámbitos.
En el campo de la salud sexual y reproductiva se estima que cada año se realizan 22 millones de abortos de forma insegura en países donde no se reconoce el derecho al aborto, lo que provoca la muerte de alrededor de 47.000 mujeres y discapacidades e infertilidad en otros 5 millones. Sigue habiendo muchas culturas en las que tener la regla es un estigma y las mujeres no tienen acceso a la anticoncepción, a los productos de higiene íntima e incluso a un parto seguro.
En nuestro país los recortes han hecho que no se haya llevado a cabo lo que la ley de 2010 de salud sexual y reproductiva obligaba a mejorar: el acceso gratuito a los medios de anticoncepción modernos y la puesta en marcha de un plan de educación sobre sexualidad y prevención de embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual. Por el contrario, se ha restringido el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva y a los métodos anticonceptivos, así como a la educación sexual.
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